lunes, 2 de febrero de 2009

Tiempos de guerra

A pesar de que Pinocho y Fantasía no consiguieron el éxito extraordinario de Blancanieves, la ternurista Dumbo, cuya producción no pudo ser detenida por la huelga, se estrenó finalmente en octubre de 1941, y fue un gran éxito, convirtiéndose en una importante fuente de ingresos para el estudio. Poco después, en diciembre, Estados Unidos entraba en la Segunda Guerra Mundial. Los estudios Disney colaboraron estrechamente con el gobierno, produciendo películas educativas y de formación militar, así como otras encaminadas a elevar la moral en retaguardia, tales como los cortometrajes Der Fuehrer's Face ("El rostro del Führer), Education for Death ("Educación para la muerte"), Reason and Emotion ("Razón y emoción"), y el largometraje Victory Through Air Power ("Victoria a través de la fuerza aérea", 1943), en el que se defendía la idea de que era necesario construir más bombarderos para ganar la guerra.

Sin embargo, los estudios atravesaron una época de cierta estrechez económica. Los filmes propagandísticos no generaban beneficios, y Bambi, el siguiente largometraje de Disney, no produjo los resultados deseados cuando se estrenó en abril de 1942. Para recortar gastos, durante los años 1940 no se produjeron nuevos largometrajes, sino películas que recopilaban varios cortos. Las más destacadas fueron Saludos Amigos (1942), su secuela Los tres caballeros (1945), Canción del sur (1946), Fun and Fancy Free (1947), y The Adventures of Ichabod and Mr. Toad (1949). Esta última constaba sólo de dos secciones: la primera basada en La leyenda de Sleepy Hollow de Washington Irving y la segunda en El viento en los sauces, de Kenneth Grahame. Con el objeto de rentabilizar sus producciones, Disney tuvo otra gran idea comercial: en 1944 se reestrenó Blancanieves, estableciendo la tradición de reestrenar a los siete años los largometrajes de la compañía.

Después de la guerra, a pesar de la prosperidad que entonces conoció Estados Unidos, los hábitos de consumo cinematográfico cambiaron. Los exhibidores dejaron de interesarse por los cortometrajes, que antes eran indispensables al inicio de toda sesión cinematográfica, y empezaron a demandar sólo largos. Ante esta nueva situación, Disney diversificó su oferta, orientándose hacia la producción de películas infantiles de imagen real (la serie True-Life Adventures, que se inició en 1948), documentales sobre la naturaleza y programas de televisión.

A finales de la década de 1940, el estudio se había recobrado lo suficiente como para continuar con la producción de nuevas películas: La Cenicienta(que fue en vida la película favorita de Walt Disney, en especial, la escena de la transformación del traje de la magia del hada madrina) fue el primer auténtico largometraje producido por los estudios Disney desde Bambi, en 1942. Siguieron Alicia en el país de las maravillas (1951) y Peter Pan (1953). Ambos filmes fueron muy criticados por edulcorar las obras originales —de Lewis Carroll y James M. Barrie respectivamente—, descartando todos sus elementos perturbadores y convirtiéndolas en fábulas intrascendentes e inocuas.